Dicen que la adrenalina es la hormona que nos permite salvar nuestra vida, siempre y cuando haya un momento en que en realidad valga la pena salvarla. Se segrega e impregna al cuerpo de "superpoderes", se agudizan los sentidos, los músculos aumentan su "poder" y el cerebro puede acelerar su capacidad de procesamiento.
En este par de películas se evidencia, a través de un sube y baja emocional, ese camino de la adrenalina. Me mantuvieron pegado absolutamente todo el tiempo con el ánimo constante de saber ¿y qué demonios va a hacer ahora?. Además, no dejaron el hoyo emocional de la vida presente cuando llegaron a su respectivo final. 5.0/5.0
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